“ADN canino supone una oportunidad para atajar el problema de las heces de perro abandonadas en las calles”
En plena era de las pantallas, Pablo Muñoz Gabilondo descubrió con Pipper, su primer perro, que los canes “nos vuelven más humanos, nos hacen reconectar con las personas y estar más en contacto con la naturaleza”. Sin embargo, señala, con Pipper también se dio cuenta de que en España aún son contados los lugares a los que poder ir con tus amigos y tu perro, sobre todo a nivel de restauración, ocio y turismo. Al ver que en otros países existía ya la figura de los perros influencers en las redes sociales, a Pablo se le ocurrió que podría dar la vuelta a España con su perro y contar las experiencias positivas (también las negativas) que viven por las ciudades españolas.
El proyecto, que ha sido posible gracias al apoyo brindado por la Junta de Castilla y León (de la que Pipper es embajador turístico), Bayer, Trixie y Josera Pet Food, ha convertido a Pipper en un verdadero influencer con más de 90.000 seguidores entre todos sus canales sociales que tienen como punto de partida la web Pipper On Tour. “Es habitual que paren a Pipper por la calle para llevarse una foto de recuerdo con él”, afirma Pablo. En ADN Canino hemos charlado con él, con el humano del perro instagrammer más famoso de España.
Tras dar una vuelta a España para concienciar sobre el turismo con mascotas, Pipper y tú queréis empezar a viajar también fuera de España. ¿A qué nivel está España en turismo con mascotas? ¿Vamos muy por detrás de otros países europeos?
La pandemia del Covid 19 nos ha obligado a posponer los viajes fuera de España, pero tenemos claro que queremos ir a Italia, donde ya hay supermercados que han adaptado los carritos de la compra a las mascotas; a Francia, donde es habitual ir a un restaurante con tu perro; y a Alemania, donde coger un medio de transporte público con tu mejor amigo es lo normal.
Somos el segundo destino más visitado de Europa y quienes nos visitan vienen, sobre todo, de los países que acabo de mencionar… ¡y quieren venir con su mascota! Por ello tenemos que atender a este nicho económico. Al final cada familia española gasta una media de 1.000 euros al año en cuidar a su mascota, y la cifra aumentaría si hubiera más facilidades para estar con ellos en espacios de ocio.
Con casi 65.000 seguidores en Instagram, Pipper es ya un perro influencer. ¿Lo reconocen por las calles de las ciudades y pueblos que visitáis?
Al ser ya un personaje popular, es habitual que paren a Pipper por la calle para llevarse una foto de recuerdo con él. Por eso hemos tenido que abrir una sección en la web que se llama Tu foto con Pipper. La verdad es que quiero agradecer a los más de 90.000 compañeros de viaje que, en total, tiene Pipper entre Instagram, Facebook y Twitter por su constante apoyo y por ayudarnos a identificar lugares pet friendly que luego visitamos, chequeamos y compartimos con todos a través de la web y las redes.
Un proyecto como éste y un perro con tanto tirón como Pipper, ¿tienen el potencial para incrementar el número de espacios #dogfriendly en España?
Esta es una labor de fondo. Mucha gente viene trabajando desde hace tiempo para lograrlo y nosotros queremos contribuir demostrando que un perro educado nos puede acompañar a muchos sitios respetando unas normas básicas. La educación es clave para que en España logremos un cambio cultural hacia una mayor aceptación de las mascotas en lugares públicos y, por eso, hemos editado un cómic dirigido a los más pequeños (en noviembre sale la segunda entrega en todas las librerías del país). El libro ayuda a hacer un cambio de mentalidad a largo plazo, mientras que nuestras publicaciones en redes mostrando museos, castillos, bares, hoteles o autobuses que ya admiten perros en España ayudan a que otras administraciones y empresas abran los ojos a esta tendencia.
En ese sentido, ¿consideras que una ciudad #dogfriendy puede acabar siendo beneficiosa para todos? Quiero decir, que esto tendría beneficios para los perros y sus humanos, por supuesto, pero también incluso para quienes no tienen perro.
Absolutamente. Ya hemos comentado que este nicho turístico supone una oportunidad económica para cualquier destino. Pero lo más importante es que cuanta más gente conozca qué es un perro de primera mano, más personas comprenderán todo lo que dan al ser humano y se beneficiarán de la convivencia con estos animales. Y eso repercutirá en más adopciones. No olvidemos que cada año se abandonan más de 100.000 perros en España. Un triste récord que hay que atajar entre todos.
Siempre comentas que te sorprendió (para mal) el caso de Las Palmas de Gran Canaria, donde su principal paseo tiene prohibido durante 5km pasear con perros. No sé cómo ves que la exclusión de los perros sea la solución a la suciedad de las calles…
La prohibición de perros en el paseo de Las Canteras de Las Palmas es justo lo que no hay que hacer. Es matar moscas a cañonazos. Y, encima, no soluciona el problema. Además de la evidente discriminación a las familias que cuidan de su perro, el problema de la suciedad sigue ahí. Lo vimos con nuestros propios ojos: un paseo limpio, pero el resto de las calles de la ciudad con cacas de perro por las aceras. La clave es castigar a quienes no cumplen con sus obligaciones ciudadanas y premiar a quienes sí respetan las normas.
En acabar con esa suciedad, en vez de prohibir la presencia de perros, ¿qué papel crees que podría jugar el censo genético canino?
El censo de ADN canino supone una oportunidad para atajar el problema, ya que permite identificar el responsable de las heces abandonadas en la vía pública y multarle. Es justo lo que hace falta, instrumentos para castigar a quien no hace bien las cosas. La educación y la sensibilización están muy bien, pero se ha demostrado que no son suficientes. Lo hemos visto con los accidentes de tráfico: hasta que no se ha impuesto el carné por puntos y se ha sancionado, no se han logrado resultados importantes. Salvando las distancias, los propietarios de perros somos los primeros interesados en mejorar la imagen de nuestras mascotas ante la sociedad para que nos dejen entrar con ellas a más espacios públicos. Y eso pasa por una mayor limpieza en las calles a base de más sanciones a quien no cumpla.