Así protege ADN Canino la salud de los vecinos de los municipios en que está implantado
Hemos hablado largo y tendido del retorno que tiene la inversión en nuestra herramienta de censo genético canino a nivel social, económico y medioambiental para los ayuntamientos que apuestan por ella. No hemos hablado tanto, sin embargo, de otro retorno muy importante, en este caso a nivel de salud pública. Y es que la instauración de ADN Canino en un municipio también sirve para proteger la salud de sus vecinos. ¿Cómo?, os estaréis preguntando. Os lo explicamos con detalle a continuación aprovechando que se acerca una efeméride como el Día Mundial de la Salud.
Como hemos explicado en numerosas ocasiones, los datos que manejamos demuestran que la aplicación de nuestro sistema llega a reducir hasta en un 80% la presencia de heces en las calles de muchos ayuntamientos. Esa reducción se ve a simple vista en la limpieza de las calles, pero su impacto va más allá de la estética y del beneficio para la imagen del pueblo (también importante, por supuesto) y alcanza también a nivel de salud pública, ya que cabe recordar que las heces son transmisoras de enfermedades.
¿Habéis escuchado hablar del concepto de “zoonosis”? Este concepto hace referencia al conjunto de las enfermedades o infecciones propias de los animales que incidentalmente puede transmitirse a las personas, ya sea mediante la ingesta de productos alimenticios animales contaminados, como a través del contacto directo con los fluidos corporales (saliva, sangre, orina, moco o heces) de un animal infectado. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que seis de cada diez enfermedades humanas son de origen zoonótico. La cifra, ya per se llamativa, se dispara hasta tres de cada cuatro entre las dolencias descubiertas en la última década.
En el documento ‘Control de excrementos de perro en los espacios públicos municipales’, publicado por el Ilustre Colegio de Veterinarios de Córdoba, su autor, Antonio Arenas, Catedrático de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Córdoba, explica que la gran mayoría de agentes patógenos de los animales se eliminan por las distintas secreciones y excreciones, “siendo las heces las que suponen una de las principales fuentes de contagio para casi todas las enfermedades infecciosas y parasitarias” que afectan a las personas y a otras especies de animales domésticas y también silvestres.
Según los estudios realizados hasta la fecha, las infecciones más habituales en la población humana derivadas de las heces de perros son las gastrointestinales, aunque las heces también pueden producir problemas oftálmicos e, incluso, derivar en abortos en mujeres gestantes.
Todos estos problemas de salud podrían reducirse a niveles mínimos con una sencilla medida: la instauración por parte de los ayuntamientos del censo genético canino en pueblos y ciudades, ya que esta medida, como se ha demostrado, reduce drásticamente la presencia de heces en las calles y, por tanto, reduce también la posibilidad de un contagio accidental.
Así que sumemos una pata más a la triada de retornos que ADN Canino tiene para los ayuntamientos y sus vecinos: el censo genético canino revierte económicamente, a nivel social y a nivel medioambiental, pero es que, además, ¡también cuida de la salud de los habitantes!
