Educar por el bienestar animal

EDUCAR BIENESTAR ANIMAL

Siempre decimos que a educar -en cualquier materia- se empieza en casa y desde la infancia y, sobre todo, dando ejemplo. ¿Quieres que tu hijo sea una persona que recoge las heces que deposita su perro en la calle? Entonces será importante que te vea hacerlo a ti. Y es que no hay nada más difícil que convencer a alguien de las bondades de algo si hay una incoherencia entre lo que decimos (que hay que recoger las heces) y lo que hacemos (no recogerlas). Y los niños  se dan cuenta antes que nadie de esas incoherencias. Si nuestros hijos  nos ven desde pequeños recoger las heces de nuestros perros y, además, les explicamos por qué es importante esa recogida, es muy probable que el día de mañana sean ciudadanos con conciencia cívica en ese sentido, vecinos que, de tener  un perro de compañía, valorarán la importancia de esa recogida para mejorar el aspecto de las calles y la convivencia. 

Este mismo argumento podemos trasladarlo a la educación por el bienestar animal. ¿Queremos que nuestros hijos sean respetuosos con los animales, que los cuiden, que respeten sus derechos, que no los maltraten y no los abandonen? Entonces actuemos en consecuencia. ¿Cómo?

En primer lugar, como decíamos antes, siendo un ejemplo en positivo para ellos.

Y en segunda instancia, informándoles  sobre los aspectos clave para el bienestar animal y siendo consecuentes con ellos en nuestras decisiones. En ese sentido estaría, por ejemplo, el informarse de los cuidados y necesidades que tiene la mascota en cuestión a todos los niveles, para garantizarle la mejor vida posible; o, antes aún, la importancia de hacerse una serie de preguntas básicas antes de hacerse cargo de una mascota: ¿tengo tiempo para ella, para darle lo que necesita? ¿puedo económicamente hacerme responsable? Contestando a estas y otras cuestiones podemos evitar adquisiciones de mascotas impulsivas y caprichosas que son en muchas ocasiones, precisamente, las que acaban en abandono.

Y en lo referente al bienestar animal, también es fundamental conocer la aportación que pueden tener nuevas herramientas como el censo genético canino que, en primera instancia, suelen asociarse a su gran capacidad para reducir la presencia de heces en las calles. Sin embargo, estas herramientas parten antes que nada de una profunda toma de conciencia sobre la problemática que suponen actos delictivos como son el maltrato y el abandono animal.

En ese sentido, obtener un censo genético canino completo de una determinada zona supone un impulso único para la seguridad animal al asegurar que se puede identificar al responsable de un abandono o del maltrato a un perro aunque éste le haya quitado el microchip para eliminar pistas (cosa que hoy en día ocurre en un 90% de los casos de abandono). La huella genética de cada una de las mascotas censadas es única y, unida al microchip, permite que muchos de los actos incívicos o incluso delictivos cometidos contra animales que hoy se quedan sin solución puedan ser identificados inequívocamente. Además, las muestras de ADN también permiten seguir la huella, mediante filiación y parentesco, de los autores del abandono de camadas y crías aún no censadas, o del maltrato a estos animales, lo que sin lugar a duda es un aporte extraordinario para fomentar la educación por el bienestar animal.

Al servicio de los municipios, buscando englobar valores de convivencia.

(+34) 96 220 45 50

info@adncanino.com

Plaza Santa Ana 11 Bajo
46800, Xàtiva (Valencia)

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