El retorno social, económico y medioambiental de ADN Canino
Hemos hablado largo y tendido en este espacio de los beneficios que nuestra herramienta de Censo Genético Canino tiene para ciudades, vecinos y perros, pero no habíamos profundizado hasta la fecha en el retorno que esos beneficios tienen para los ayuntamientos; un retorno que hace de la inversión en ADN Canino una apuesta segura para la política municipal.
En concreto, podemos afirmar que la implantación del censo genético canino en un municipio tiene para los Ayuntamientos un retorno a tres niveles: social, medioambiental y económico. Los analizamos a continuación:
Retorno social: Este retorno es un gran intangible de ADN Canino, una variable que cuesta medir, pero que está ahí y se percibe con claridad. Y es que el Censo Genético Canino mejora sobremanera la convivencia en las ciudades. Menos heces abandonadas en las calles y, por tanto, calles más limpias son una garantía de satisfacción de los ciudadanos y, a su vez, de una convivencia que, como ocurre muchas veces en la actualidad, no se verá enturbiada por las cacas de perros no recogidas por sus propietarios.
Retorno medioambiental: En un post reciente de nuestro blog comentábamos que, para nosotros, recoger las heces de nuestros perros para tener unas calles más limpias y unas ciudades con una mejor imagen y que inviten a ser vividas sin tener la sensación de que caminas por un campo minado es educación ambiental. Es más, consideramos que éste debería ser el primer paso de la educación ambiental, porque no hay mejor manera de generar conciencia en las próximas generaciones que empezando desde lo próximo, desde aquello que nos afecta de una forma directa y real en nuestro día a día. Al respecto, pocos problemas más acuciantes que el de la pandemia de heces que asola a muchos pueblos y ciudades en la actualidad. ADN Canino, en ese sentido, también tiene un retorno ambiental para los Ayuntamientos, ya que genera conciencia medioambiental de cercanía entre la población. Otro intangible que no se recoge en las estadísticas.
Retorno económico: Según un estudio realizado por la OCU en más de medio centenar de grandes ciudades de España, el número de multas impuestas en 2020 por no recoger las heces de perro fue bajísimo en toda España y la recaudación por las mismas casi una anécdota: menos de 2.000 euros de media por ciudad. En ese panorama existe una excepción: el Ayuntamiento de Málaga, que gracias a la instauración del censo genético canino en sus calles puso un total de 166 sanciones, con las que las arcas municipales recaudaron más de 40.000 euros. El retorno económico es una evidencia que sí se puede medir.
A propósito del estudio de la OCU, por cierto, el diario El Correo publicaba recientemente un artículo en el que contaban como fuente con el director general de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Málaga, Luis Medina-Montoya. En el mismo, Medina-Montoya afirmaba con rotundidad que ADN Canino “será el sistema de identificación de animales de compañía del futuro”. Y esa, sin lugar a dudas, es una afirmación hecha desde la experiencia que da fe del triple retorno que tiene nuestros sistema de censo genético canino para los ayuntamientos.
