Las heces de los perros son transmisoras de enfermedades
El concepto zoonosis hace referencia al conjunto de las enfermedades o infecciones propias de los animales que incidentalmente puede transmitirse a las personas, ya sea mediante la ingesta de productos alimenticios animales contaminados, como a través del contacto directo con los fluidos corporales (saliva, sangre, orina, moco o heces) de un animal infectado. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que seis de cada diez enfermedades humanas son de origen zoonótico. La cifra, ya per se llamativa, se dispara hasta tres de cada cuatro entre las dolencias descubiertas en la última década.
En el documento ‘Control de excrementos de perro en los espacios públicos municipales’, publicado por el Ilustre Colegio de Veterinarios de Córdoba, su autor, Antonio Arenas, Catedrático de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Córdoba, explica que la gran mayoría de agentes patógenos de los animales se eliminan por las distintas secreciones y excreciones, “siendo las heces las que suponen una de las principales fuentes de contagio para casi todas las enfermedades infecciosas y parasitarias que afectan a nuestras especies domésticas y también silvestres”. Al respecto, Arenas añade que, aunque cualquier cohorte de edad puede estar en peligro, “son precisamente los niños los que están en un mayor riesgo de infección debido a que son más propensos a tener un estrecho contacto con estos animales y no tienen suficiente consciencia de la higiene personal”.
“Si las heces no se recogen pronto, los huevos o quistes presentes en ellas pueden transformarse en formas infectantes y representar peligro para las personas o niños que llegan a jugar al parque. La lluvia disipa las heces y la gente no las ve, pero los parásitos continúan ahí», explicaba hace unos años Ana Jiménez, parasitóloga de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (UNA) de Costa Rica y una de las autoras del estudio ‘Contaminación por parásitos gastrointestinales de caninos en dieciocho playas del Pacífico Central de Costa Rica: implicaciones para la salud pública’.
Según los estudios realizados hasta la fecha, las infecciones más habituales en la población humana derivadas de las heces de perros son las gastrointestinales. Según un estudio realizado por la Universidad de Córdoba, uno de cada tres perros censados en la capital andaluza estaba infectado por alguna especie de Campylobacter en las heces, unas bacterias que han demostrado ser la primera causa de infección intestinal en humanos en España y en Europa.
Estas bacterias, en último extremo y según las investigaciones, podrían derivar en infecciones más graves en los ojos. No es habitual ni un hecho por el que haya que alarmar a la población, pero lo cierto es que el parásito Toxacara canis, propio de las heces de perro, podría llevar a la pérdida total de la visión del ojo que infecta.