Mavi Sanchis: “Con ADN Canino se está haciendo un control genético tan amplio que podemos llegar a identificar a un animal maltratado y con ello buscar al responsable”
Mavi Sanchis es la nueva veterinaria del equipo ADN Canino. Curiosa por definición, Mavi ha elegido ADN Canino para seguir su formación profesional por ser un proyecto “innovador y con gran potencial”. Interesada desde pequeña por “cuidar, sanar y proteger a los más débiles”, los animales, la veterinaria ve en el genotipado de los perros una herramienta para mejorar la limpieza de las calles y, con ello, mejorar la salubridad de las ciudades; pero, sobre todo, una innovación para hacer realidad su sueño de proteger a las mascotas del maltrato y el abandono.
Una veterinaria, ¿nace o se hace?
Se nace y se hace, al menos en mi caso. Desde pequeña me han gustado los animales, eso esta clarísimo que viene de familia -me encanta ver las fotos de mi abuela rodeada de sus perros-, y he vivido rodeada de ellos. Pero ser veterinaria no es solo que te gusten los animales, sino que es algo más: es que te guste la salud, el bienestar, la medicina… Nuestra profesión abarca muchísimas especialidades poco reconocidas en la sociedad: alimentación, investigación, producción, laboratorio…Nacer con todos estos conceptos es muy difícil, pienso que son gustos que adquieres con el tiempo, con la educación que te dan durante tu vida, y con la curiosidad que cada uno tenga. Y sí, lo reconozco, ¡yo soy muy curiosa! (risas).
¿Qué es lo que más te atrae de esta profesión en la que te has especializado?
Cuidar, sanar y proteger a los más débiles, desde la prevención a la curación. Mi rama siempre ha sido la clínica, quizás por considerar que los animales son los más débiles, los mas inofensivos. Me han preguntado muchas veces que por qué no estudie medicina, y mi respuesta ha sido casi siempre la misma: los animales no dan problemas, no hacen daño, no se quejan de nada, pueden estar agonizando y ni enterarte, así que alguien los tendrá que ayudar.
Ahora eres parte de ADN Canino. ¿Qué fue lo que más te atrajo del proyecto?
Como ya he dicho antes, soy curiosa, así que busqué algo innovador, algo que “no existe” y que pienso, que puede tener un gran potencial.
Personalmente me preocupa mucho el bienestar animal, y la salud en general. Desde ADN canino no solo se trabaja en el control de la limpieza de las ciudades, sino que este proyecto va más allá, porque con una ciudad limpia de excrementos se consigue una reducción de enfermedades importante, tanto en animales como en personas, control higiénico-sanitario, en definitiva, una salud pública. Pero, además, se está haciendo un control genético tan amplio que podemos llegar a identificar al animal maltratado y con ello buscar al responsable. Y, evidentemente, estamos en un laboratorio genético, esto implica la detección de enfermedades genéticas (que nos sirve para diagnóstico y prevención), identificación de especies, sexado de animales, es decir: salud animal … como he dicho antes, ¡un gran potencial!
Ahora que estás en contacto con él, ¿qué beneficios destacarías del censo genético canino para las ciudades, los habitantes y los propios perros?
Para los perros: fácil de tomar la muestra, rápido e indoloro. Y para los habitantes y las ciudades, que disponen de un mayor control de salud, que visualmente tienen una ciudad más limpia, y que el coste es mínimo.
Hablamos mucho de la limpieza de las ciudades como motivo para recoger las heces de perros, pero no tanto del riesgo de transmisión de enfermedades como has comentado antes. ¿Crees que como sociedad somos conscientes de ese riesgo?
No, la sociedad no sabe el riesgo de enfermedades zoonóticas transmitidas por heces o entre especies. La gente sabe que puede haber parásitos, pero no sus efectos secundarios.
Con el control antiparasitario obligatorio se ha controlado algo el riesgo de enfermedades zoonóticas parasitarias como el quiste hidatídico o la Tenia, pero hay que tener en cuenta otras enfermedades: las protozooarias como la giardiosis, las víricas, como el parvovirus, rotavirus, coronavirus… Algunas de ellas incluso pueden ser fatales, y mortales.
Tenemos que tener en cuenta que cada vez tenemos más agentes infecciosos resistentes a medicamentos, normalmente, debido al cambio climático, el uso irresponsable de antibióticos y medicamentos en general… Y si a eso sumamos que la población animal cada vez es mayor, esto hace más difícil su control.
Mucha gente ha padecido de parásitos intestinales, sobre todo niños, de ahí la frase de las madres a sus hijos: lávate las manos antes de comer o después de tocar al perro, pero hay que educar también en “recoge la caca del perro”. Desde la clínica he visto muchísimos parásitos, muchísimos más de los que la gente se imagina, con grandes resistencias a antibióticos, reinfecciones frecuentes… y cómo no, infecciones de los propietarios.
Como experta en animales, ¿qué ventajas consideras que tiene el censo genético canino respecto a otros sistemas de identificación animal?
Toda identificación animal es importante, pero si hay alguna que no puede desaparecer es la genética. Otros medios de identificación, como los tatuajes, crotales y el microchip, pueden ser sustraídos del cuerpo o modificados. En la clínica he visto animales a los que se les ha aplastado el chip, hecho un corte para sustraerlo, cambiado el tatuaje de la piel, incluso teñido el pelo, cortado orejas…para intentar cambiarles la identidad. ¡Pero hay algo que no se puede cambiar y eso es la GENETICA PROPIA de cada individuo!